Mateo 5:3-11
Bienaventurados los pobres de espíritu,
porque de ellos es el Reino de los Cielos.
Bienaventurados los que lloran,
porque ellos serán consolados.
Bienaventurados los mansos,
porque ellos heredarán la tierra.
Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia,
porque serán saciados.
Bienaventurados los misericordiosos,
porque ellos alcanzarán misericordia.
Bienaventurados los limpios de corazón,
porque ellos verán a Dios.
Bienaventurados los pacíficos,
porque serán llamados hijos de Dios.
Bienaventurados los que padecen persecución por causa de la justicia,
porque de ellos es el Reino de los Cielos.
Preguntas para su reflexión y discusión:
Mientras vivimos esta pandemia extendida, ¿me invita el Señor a hacer las paces con una persona, una familia o una comunidad que me ha lastimado?
¿Puedo extender la mano de la amistad, incluso a riesgo de ser rechazado o incomprendido?
Si una reconciliación no es oportuna o posible, ¿puedo comprometerme a orar diariamente por aquellos de quienes me siento separado por viejas heridas y decepciones?
¿Conozco a alguien que, como Jesús, haya sufrido por hacer el bien?
Las bienaventuranzas nos enseñan una nueva forma de ser felices. Durante esta pandemia, ¿estoy encontrando una nueva forma de ser feliz?
Si es posible, les sugiero que compartan sus respuestas a estas preguntas en un ambiente de paz y oración con familiares o amigos que también han escuchado este video.
Gracias por ser parte de este retiro.